Hilda Arevalo Rojas
La abuela de Hilda, María, trató a la mujer con un baño de canela, albahaca y piri piri. Usó agua florida y cantó un fuerte ícaro (canto medicinal) durante cuatro días seguidos. La mujer se recuperó rápidamente—pudo volver a comer y dormir.

Desde entonces, Hilda ha utilizado el mismo tratamiento para personas que experimentan luchas similares, honrando las enseñanzas de su abuela. Ella siente una profunda gratitud por ser parte de la continuación de la medicina y el legado cultural de su familia—transmitido a lo largo de generaciones con amor y propósito.
Cuando era niña, Hilda acompañaba a su abuela María a ayudar a las personas en sus comunidades utilizando medicina de plantas.

Muchos de los tratamientos que Hilda utiliza hoy en día los aprendió trabajando con su familia y presenciando de primera mano la diferencia que podían hacer en la vida de las personas.

Hilda recuerda una vez cuando era joven y acompañó a su abuela en una visita a una mujer en Iquitos. La mujer sufría de una ansiedad extrema, miedo y terrores—y necesitaba ayuda desesperadamente.
El camino espiritual de Hilda Arévalo Rosas comenzó a través de las profundas raíces de su familia en la medicina y cultura tradicional amazónica. Nacida el 19 de mayo de 1975 en una comunidad muy pequeña de pueblos originarios Shipibo, en los límites regionales de Loreto y Ucayali, nació dentro de una familia generacional de sanadores espirituales. Hasta el día de hoy, la Maestra Hilda continúa portando y preservando las tradiciones especiales y el conocimiento espiritual de su pueblo.

El camino de Hilda está profundamente inspirado por su padre, el Maestro Kestembetsa, y sus abuelos.
Hija de las Plantas: El Camino de la Maestra Hilda